El papa Benedicto XVI firmó hoy a través de un «motu propio» la creación de un nuevo «ministerio», el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, ante la pérdida de fe en los países de Occidente y el «desierto interior» que vive el hombre moderno.
En el decreto oficial o carta apostólica, divulgado por la oficina de prensa del Vaticano, el Papa reconoce una «preocupante pérdida del sentimiento de lo sagrado» y un «desierto interior» en la sociedad moderna.
El pontífice alemán propone por lo tanto usar vías «modernas de comunicación como instrumentos para la nueva evangelización» para multiplicar la «misión evangelizadora» e «insustituible» de la Iglesia.
«En nuestra época, uno de los elementos más singulares con los que hemos tenido que medirnos ha sido el fenómeno del desprendimiento de la fe», escribió el Papa, cuyo texto, con el lema «Ubicumque et semper» (En todas partes y siempre), fue divulgado en latín e italiano.
El pontífice enumeró en el documento las «profundas» transformaciones registradas por el mundo moderno que obligan a fomentar la evangelización: «progresos gigantescos de la ciencia y la técnica», «ampliación de las posibilidades de vida», «mayores espacios de libertad individual», «mezcla de etnias y culturas», «fenómenos migratorios», «creciente interdependencia entre los pueblos».
Si bien el decreto no menciona áreas geográficas específicas, es posible que esté dirigido a promover a la Iglesia católica en los continentes más religiosos, en particular América Latina, donde ha crecido el fenómeno de las sectas, entre ellos Brasil.
El tema fue abordado por el Papa durante su único viaje a ese continente, a Brasil, en el 2007, donde lanzó una ofensiva evangelizadora a nivel continental.
El pontífice propuso revitalizar la tarea de los misioneros, usando inclusive a miembros de órdenes religiosas y a los nuevos movimientos religiosos.
La nueva entidad de la Curia Romana, dirigida por monseñor Rino Fisichella, italiano, cubre «los territorios con una fuerte tradición cristiana, donde se manifiesta claramente el fenómeno de la secularización».
La creación de la nueva oficina de la Santa Sede resulta para los expertos en asuntos del Vaticano una entidad «algo vaga», según Sandro Magister, que considera poco claras sus tareas