Lecturas de la Misa 26 noviembre 2008

Misa 26 noviembre 2008, Miércoles de la 34ª semana de Tiempo Ordinario.

PRIMERA LECTURA
Cantaban el cántico de Moisés y el cántico del Cordero
Lectura del libro del Apocalipsis 15, 1-4

Yo, Juan, vi en el cielo otra señal, magnífica y sorprendente: siete ángeles que llevaban siete plagas, las últimas, pues con ellas se puso fin al furor de Dios. Vi una especie de mar de vidrio veteado de fuego; en la orilla estaban de pie los que hablan vencido a la fiera, a su imagen y al número que es cifra de su nombre; tenían en la mano las arpas que Dios les habla dado. Cantaban el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: «Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente, justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de los siglos! ¿Quién no temerá, Señor, y glorificará tu nombre? Porque tú solo eres santo, porque vendrán todas las naciones y se postrarán en tu acatamiento, porque tus juicios se hicieron manifiestos.»

Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 97, 1. 2-3ab. 7-8. 9
R. Grandes y maravillosas son tus obras, Señor, Dios omnipotente.

Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R. El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R. Retumbe el mar y cuanto contiene, la tierra y cuantos la habitan; aplaudan los ríos, aclamen los montes. R Al Señor, que llega para regir la tierra. Regirá el orbe con justicia y los pueblos con rectitud. R.

SEGUNDA LECTURA

EVANGELIO
Todos os odiarán por causa mía, pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá
Lectura del santo evangelio según san Lucas 21, 12-19

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Os echarán mano, os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y a la cárcel, y os harán comparecer ante reyes y gobernadores, por causa mía. Así tendréis ocasión de dar testimonio. Haced propósito de no preparar vuestra defensa, porque yo os daré palabras y sabiduría a las que no podrá hacer frente ni contradecir ningún adversario vuestro. Y hasta vuestros padres, y parientes, y hermanos, y amigos os traicionarán, y matarán a algunos de vosotros, y todos os odiarán por causa mía. Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá; con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.»

Palabra del Señor.

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