Una sola familia humana: este es el tema escogido por Benedicto XVI para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se celebrará el domingo 16 de enero de 2011. El mensaje fue presentado hoy en la Oficina de Información de la Santa Sede. La Iglesia — escribe el Papa — le reconoce a cada ser humano la posibilidad de salir del país y entrar en otro en busca de mejores condiciones de vida. Los Estados tienen el derecho de regular los flujos migratorios y defender sus fronteras, asegurando siempre el respeto debido a la dignidad de cada persona. Los inmigrantes, además, tienen el deber de integrarse en el país de acogida, respetar sus leyes y la identidad nacional.