La capital checa está dando los últimos retoques a uno de sus edificios emblemáticos, la catedral de San Vito, San Adalberto y San Wenceslao, para acoger a Benedicto XVI este sábado.
Una historia milenaria…
La construcción de una primara catedral fue ideada por san Wenceslao, patrono de esta nación quien fue martirizado en el año 929 . Allí yace su tumba.
En el año de 1060 el príncipe Spytihev ordenó demoler la construcción y sobre el mismo lugar hizo construir una basílica de estilo románico que permaneció hasta el siglo XIV.
La basílica actual, de estilo gótico, fue construida en 1334 bajo el reino de Carlos IV (1316-1378).
En la cripta descansan el rey de Bohemia y los santos patrones Wenceslao, Juan Nepomuceno y Adalberto.
Después de los primeros años de trabajo la construcción del templo fue suspendida.
Y fue terminada sólo seis siglos después. Entre 1873 y 1929 se construyó la fachada con las dos torres en estilo neogótico.
La catedral fue terminada en 1929 cuando se celebraba el milenio de san Wenceslao. El Papa celebrará junto a la República Checa su fiesta.
Los muros de este imponente templo cuyas torres de aguja sobresalen en medio de las edificaciones medievales de la capital checa, están cubiertos por piedras y pinturas de la época de Carlos IV. Allí yacen también sus restos.
En la catedral de Praga eran coronados los gobernantes. Tras la monarquía, comenzó a celebrarse un Te Deum, después de la elección del presidente de la República. Esta tradición aún se mantiene.
La catedral hoy es propiedad eclesiástica. El régimen comunista checoslovaco la había confiscado en 1954. En 1989, tras la caída del telón de acero, la arquidiócesis de Praga pidió a las autoridades la restitución de la propiedad. La corte apeló y en junio de 2006 fue devuelta.
La catedral representa además de un lugar de oración, arte e historia, un panteón en el que descansan muchas personalidades eminentes de la historia nacional y europea.