Lecturas de la Misa del Dia de Hoy 30 enero 2014

san marcosJueves 30 enero 2014
Jueves de la tercera semana del tiempo ordinario

Segundo Libro de Samuel 7,18-19.24-29.
Entonces el rey David fue a sentarse delante del Señor y exclamó: «¿Quién soy yo, Señor, y qué es mi casa para que me hayas hecho llegar hasta aquí?
Y como esto te pareció demasiado poco, también le has hecho una promesa a la casa de tu servidor, para un futuro lejano. ¿Es esto lo que haces habitualmente con los hombres, Señor?
Tú has establecido a tu pueblo Israel para que sea tu pueblo eternamente, y tú, Señor, eres su Dios.
Y ahora, Señor Dios, confirma para siempre la palabra que has pronunciado acerca de tu servidor y de su casa, y obra conforme a lo que has dicho.
Que tu Nombre sea engrandecido para siempre, y que se diga: ‘¡El Señor de los ejércitos es el Dios de Israel!’. Y que la casa de David, tu servidor, esté bien afianzada delante de ti.
Porque tú mismo, Señor de los ejércitos, Dios de Israel, te has revelado a tu servidor, diciendo: ‘Yo te edificaré una casa’. Por eso tu servidor se ha atrevido a dirigirte esta plegaria.
Ahora, Señor, tú eres Dios, tus palabras son leales y has prometido estos bienes a tu servidor.
Dígnate, entonces, bendecir la casa de tu servidor, para que ella permanezca siempre en tu presencia. Porque tú, Señor, has hablado, y con tu bendición la casa de tu servidor será bendita para siempre».

Salmo 132(131),1-2.3-5.11.12.13-14.
Señor, tenle en cuenta a David
su total disponibilidad,
cuando hizo un juramento al Señor,
una promesa al Fuerte de Jacob:

«No entraré en la tienda, que es mi casa,
ni me tenderé en el lecho donde descanso,
no concederé el sueño a mis ojos
ni descanso a mis párpados

hasta que halle un lugar para el Señor,
una morada para el Fuerte de Jacob».
El Señor se lo juró a David,
verdad de la que no se desdecirá:
«Del fruto de tus entrañas
pondré a alguien en tu trono.

Si tus hijos guardaren mi alianza
y mis testimonios que les he enseñado,
también sus hijos para siempre
se sentarán en tu trono».

Y el Señor escogió a Sión,
quiso que fuera su residencia:
«Aquí está mi descanso para siempre,
en ella moraré, pues yo lo quise.

Evangelio según San Marcos 4,21-25.
Jesús les decía: «¿Acaso se trae una lámpara para ponerla debajo de un cajón o debajo de la cama? ¿No es más bien para colocarla sobre el candelero?
Porque no hay nada oculto que no deba ser revelado y nada secreto que no deba manifestarse.
¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!».
Y les decía: «¡Presten atención a lo que oyen! La medida con que midan se usará para ustedes, y les darán más todavía.
Porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene».

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