Misa 23 mayo 2013
Jueves de la séptima semana del tiempo ordinario
Libro de Eclesiástico 5,1-10.
No te sientas seguro con tu riqueza ni pienses: «¡Me basto a mí mismo!»
No te dejes arrastrar por la violencia o el deseo de tener: harán de ti su esclavo.
No digas: «¡Nadie me lo impedirá!» El Señor puede castigarte.
No digas: «¡Pequé y no me pasó nada!» El Señor se toma todo su tiempo.
No estés demasiado seguro del perdón cuando acumules pecados.
No digas: «¡La misericordia del Señor es grande, perdonará mis pecados por numerosos que sean!» Porque en él se encuentran misericordia y reprobación; su cólera se deja caer sobre los pecadores.
No tardes en volver al Señor, no lo postergues cada día más, no sea que llegue el día del ajuste de cuentas; se encenderá de repente la cólera del Señor y tú perecerás.
No cuentes con las riquezas mal adquiridas, de nada te servirán el día de la desgracia.
No te dejes llevar por la corriente, no estés en dos caminos a la vez; esto es propio del pecador que usa un doble lenguaje.
Mantente firme en tus convicciones y sé un hombre de palabra.
Salmo 1,1-2.3.4.6.
Dichoso el hombre que no va a reuniones de malvados, ni sigue el camino de los pecadores ni se sienta en la junta de burlones, mas le agrada la Ley del Señor y medita su Ley de noche y día.
Es como árbol plantado junto al río, que da fruto a su tiempo y tiene su follaje siempre verde. Todo lo que él hace le resulta.
No sucede así con los impíos: son como paja llevada por el viento.
Porque Dios cuida el camino de los justos y acaba con el sendero de los malos.
Evangelio según San Marcos 9,41-50.
Y cualquiera que les dé de beber un vaso de agua porque son de Cristo, yo les aseguro que no quedará sin recompensa.»
«El que haga caer a uno de estos pequeños que creen en mí, sería mejor para él que le ataran al cuello una gran piedra de moler y lo echaran al mar.
Si tu mano te está haciendo caer, córtatela; pues es mejor para ti entrar con una sola mano en la vida que ir con las dos a la gehenna, al fuego que no se apaga.
Y si tu pie te está haciendo caer, córtatelo; pues es mejor para ti entrar cojo en la vida que ser arrojado con los dos pies a la gehenna.
Y si tu ojo prepara tu caída, sácatelo; pues es mejor para ti entrar con un solo ojo en el Reino de Dios que ser arrojado con los dos al infierno, donde su gusano no muere y el fuego no se apaga. Pues el mismo fuego los conservará. La sal es buena, pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se lo devolverán? Tengan sal en ustedes y vivan en paz unos con otros.»