Miércoles 12 junio 2013
Miércoles de la décima semana del tiempo ordinario
Carta II de San Pablo a los Corintios 3,4-11.
Por eso nos sentimos seguros de Dios gracias a Cristo.
¿Cómo podríamos atribuirnos algo a nosotros mismos? Nuestra capacidad nos viene de Dios.
Incluso nos ha hecho ministros de una nueva alianza, que ya no es cosa de escritos, sino del Espíritu. Porque lo escrito da muerte, mientras que el Espíritu da vida.
Cuando se dieron leyes grabadas en tablas de piedra, ese ministerio que llevaba la muerte fue rodeado de gloria, y los israelitas no podían fijar su mirada en el rostro de Moisés a causa de su resplandor, aunque era fugaz.
¡Qué gloria tan grande no les esperará, entonces, a los que comunican el Espíritu!
Si tan grande fue el ministerio que llevaba la condenación, ¿no lo será mucho más todavía el que nos hace “justos”?
Es algo tan glorioso bajo ese aspecto, que la gloria del otro ministerio no era nada en comparación.
¡Qué este ministerio de gloria pasajera si el nuestro permanece en la gloria!
Salmo 99(98),5.6.7.8.9.
Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante la tarima de sus pies: ¡El es Santo!
Moisés y Aarón eran sus sacerdotes, Samuel también invocaba su nombre: invocaban al Señor y él les respondía.
De la columna de nube les hablaba, guardaban sus órdenes, las leyes que les dio.
Oh Señor, nuestro Dios, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios tolerante, pero no les dejabas pasar nada.
Ensalcen al Señor, nuestro Dios, póstrense ante su santo monte: ¡Santo es el Señor nuestro Dios!
Evangelio según San Mateo 5,17-19.
No crean que he venido a suprimir la Ley o los Profetas. He venido, no para deshacer, sino para traer lo definitivo.
En verdad les digo: mientras dure el cielo y la tierra, no pasará una letra o una coma de la Ley hasta que todo se realice.
Por tanto, el que ignore el último de esos mandamientos y enseñe a los demás a hacer lo mismo, será el más pequeño en el Reino de los Cielos. En cambio el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los Cielos.