Arqueólogos y restauradores de arte, usando una nueva tecnología láser, hicieron público esta semana que habían descubierto lo que ellos creen que son las pinturas más antiguas de los rostros de los apóstoles de Jesucristo.
Pueden haber estado entre las que más influenciaron a los artistas en sus representaciones posteriores
Las imágenes en una parte de las catacumbas de San Tecla cerca de la Basílica de San Pablo, justo afuera de las paredes de la parte antigua de Roma, fueron pintadas al final del siglo IV o a comienzos del siglo V.
Arqueólogos creen que estas imágenes pueden haber estado entre las que más influenciaron a los artistas en sus representaciones posteriores sobre los seguidores más cercanos de Cristo.
«Éstas son las primeras imágenes que conocemos sobre los rostros de estos cuatro apóstoles», dijo el profesor Fabrizio Bisconti, jefe de arqueología para las numerosas catacumbas de Roma, que son propiedad del Vaticano, que las mantiene.
Los frescos ya eran conocidos pero sus detalles salieron a la luz durante un proyecto de restauración que comenzó hace dos años y cuyos resultados fueron anunciados esta semana en una conferencia de prensa.
Las figuras de cara completa incluyen los rostros de San Pedro, San Andrés y San Juan, quienes estaban entre los 12 apóstoles originales de Jesús, y San Pablo, que se convirtió en apóstol después de la muerte de Cristo.
Las pinturas están en el techo de una tumba correspondiente a una mujer noble que se cree se hizo cristiana a finales del siglo cuarto
Marcaron tendencia
Las pinturas tienen las mismas características que imágenes posteriores, como la arrugada y prominente frente de San Pablo, con su cabeza calva y la puntiaguda barba, indicando que pueden haber sido los que marcaron el estándar.
Los cuatro círculos, de casi 50 centímetros de diámetro, están en el techo de una tumba correspondiente a una mujer noble que se cree se hizo cristiana al término del mismo siglo cuando el emperador Constantino legalizó la religión cristiana por el Edicto de Milán en 313.
Bisconti explicó que pinturas más antiguas de los apóstoles los muestran en grupo, con rostros más pequeños donde los detalles son difíciles de distinguir. «Éste es un descubrimiento muy importante en la historia de las primeras comunidades cristianas en Roma», sentenció Bisconti.