Imiten el heroico ejemplo de don Giuseppe Puglisi, «asesinado por la mafia» y conserven viva la memoria de su fecundo testimonio sacerdotal. De este modo, Benedicto XVI recordó al párroco de Brancaccio, brutalmente asesinado en 1993, el domingo en la tarde en la catedral de Palermo frente a más de 1500 sacerdotes, religiosos, religiosas y seminaristas sicilianos. «Tenía un corazón que ardía de auténtica caridad pastoral — explicó el Papa al recordar que para don Puglisi está en curso la causa de beatificación — ha dado un amplio espacio a la educación de los jóvenes y se comprometió para que cada familia cristiana viviera la vocación fundamental de primera educación de la fe de los hijos».