Evangelio de Hoy

05/12/2010 – Domingo de la 2a semana de Adviento
1ª lectura: Juzgará a los pobres con justicia

Lectura del libro de Isaías 11, 1-10

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se
posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu
de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará
sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento
con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus
lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará
con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará
con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura
del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por
todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será
gloriosa su morada.

Salmo: Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17

R. Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente
Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a
tus humildes con rectitud. R. Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que
domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R. Él librará al pobre que clamaba, al
afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los
pobres. R. Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol: que él sea la bendición de todos
los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

2ª lectura: Cristo salva a Iodos los hombres
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos 15, 4-9

Hermanos: Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre
nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente
de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que
unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En una palabra, acogeos
mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo
servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los
patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así,
dice la Escritura: «Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre. »

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